Los austriacos se van con la música a otra parte

SoldadoUna de las partes de la cultura viejuna (y bastante entrañable) de este país corre el riesgo de desaparecer. Hay argumentos a favor y en contra. Tú ¿Con quién te quedas?

5 de Junio.- Hay instituciones austriacas que, si el extranjero no se fija bien, permanecen invisibles. De hecho, son instituciones y lo que podríamos llamar “entornos culturales” a los que casi ningún extranjero tiene acceso. Por ejemplo, los bomberos voluntarios (los cuales, en el inconsciente colectivo austriaco, no pueden evitar cargar con cierta fama de vagos y borrachines) o, en un país tan musical como este, las llamadas “Kapelle” o bandas de música.

Tag des Sports 2014
El ministro austriaco de defensa, Sr. Klug

Yo tengo escrito muchas veces que aquí (sobre todo de unos años a esta parte, con el auge del Tracht) a nada que hay cuarto y mitad de festival (lo cual quiere decir casi siempre a nada que hay cuarto y mitad de poner el codo en ángulo recto con relación a la horizontal) la gente se planta sus galas campesinas y hale. En todas estas cosas, no faltan sus bandas de música que hacen de hilo musical mientras el personal hace lo posible por terminar arrastrando las erres.

Hombre con sombrero

Muchas de estas bandas de música, auténticas formaciones orquestales que, a veces, cuentan con hasta cincuenta profesores, son militares o dependen del Ejército. Y todas están, en estos momentos, en pie de guerra.

El Ministro austriaco del ramo, Sr. Klug, anunció hace unos meses que, dentro de las medidas de ahorro con las que pretendía racionalizar el gasto del Ejército austriaco, estaría la reducción drástica de las bandas de música militar, limitando sus miembros de un máximo de cincuenta a un máximo de veinte.

Si el Ejército es ya, de por sí, un entorno hiper-mega-super-tradicionalista, se puede decir que en las bandas de música militares no tocan diplodocus porque se extinguieron hace miles de años, por lo cual, el que el ministro toque una institución “tan de toda la vida” ha sentado a cuerno quemado a los peces que nadan en unas aguas que suelen ser traquilísimas y quietas. Es cierto que, vistas desde fuera, las bandas de música son una institución entrañable (a mí, por lo menos, así me lo parecen) y, la verdad, yo disfruto mucho con una marcha bien tocada –hace años grabé este vídeo de O, du mein Österreich! Que es una marcha que a mí, personalmente, me pone de muy buen humor-

pero también es verdad que si el Ejército austriaco quiere reducir gastos, una banda de música –muchas bandas de música- de cincuenta profesores, la verdad es que son una muestra de opulencia algo impropia de una institución que, a este paso, va a tener que darles a los soldados, como cuando Gila, balas reutilizables.

Trombón de varas

El Ejército, sobre todo en tiempos de paz como los que, afortunadamente vivimos, es una institución difícilmente defendible o, mejor: es una institución que siempre tiene que estar a la defensiva, justificándose –afortunadamente, no vivimos en la hipermilitarista Rusia de Putin ni en esos Estados Unidos que, de cuando en cuando, le encargan a Hollywood una película de propaganda, como Top Gun-; incesantemente, el Gobierno tiene que estar inventando eufemismos para que el pueblo trague el pagar con sus impuestos una cosa que, afortunadamente, es inútil. .Que si misiones de paz, que si pitos y que si flautas…Ya saben mis lectores. Una de las pocas cosas relacionadas con lo militar que tienen algo que ver con la cultura y, por lo tanto, con lo vendible delante de los votantes, son estas cosas de la música y, como sucede con los toros en España, muchos viejos del lugar temen que, sin este frágil cordón umbilical con la juventud, al Ejército le pase como a otras instituciones viejunas, como la Iglesia, a las que le pasa lo que antiguamente le sucedía al ABC, que no perdía lectores, se le morían de viejos.

Mañana, como todos los años, será la Blassmusikfest en la Plaza del Ayuntamiento de Viena. Y yo iré, como hago todos los años, porque a mí el tema de los trachten y los uniformes me parece muy vistoso como fotógrafo. La música también es bastante espectacular.

Para terminar, quisiera dejar aquí este vídeo impagable de una banda de música militar del Tirol tocando en la Plaza Roja de Moscú. No perderse las coreografías ni el acento alemán que tiene el speaker ruso, que es para despipotarse ¡A disfrutar!


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