El irresistible ascenso de Conchita Wurst

Dindrl
La Agrado no podía con las drags (Archivo VD)

 

24 de Octubre.- Uno de los personajes más redondos de Almodóvar es la Agrado, la transexual de Todo Sobre Mi Madre (Antonia San Juan, como todo el mundo sabe, es hoy en día una mujer inteligentísima que nació hombre inteligentísimo).

Uno de los mejores momentos de Todo Sobre mi Madre, y una frase que a mi amigo M. y a mí nos hace mucha gracia, es cuando la Agrado le cuenta al personaje de Cecilia Roth que “no puede con las drags”, que “le parecen todas unas mamarrachas” y se lanza a comentar las virtudes de la feminidad “un pelo, una uña, una buena bemba pa mamal-la…” para terminar con aquello de “¿Dónde se ha visto una muhé carva?”.

Me acordaba yo de la Agrado el viernes, viendo el nuevo programa que la televisión pública austriaca ha inventado para intentar remontar sus modestas audiencias.

El invento se llama “Die Grosse Chance” (La Gran Oportunidad) y es el enésimo programa de búsqueda de nuevos talentos.

Otra cosa es que los talentos, como materia prima, se vayan volviendo escasos (sobreexplotación de la cantera) y haya que acudir a talentos de kilómetro cero, del mercado de seminuevos, como aquel que dice.

El viernes, el programa, presentado por la omnipresente (y no menos sosainas) Doris Goldpaschin, elegía a los tres finalistas que se disputarán “la copa de meao” esta semana (cuyo miércoles, por cierto, reluce más que el sol porque es el día de la Austrianidad 2011).

Uno de los finalistas (o finaleros) habría provocado bufidos en la buena de la Agrado.

Se hace llamar Conchita Wurst y es una drag queen que (oh colmo de la modernidad y de la audacia) lleva ese tipo de barba recortadita que tanto le gusta a los turcos fanáticos de la depilación milimétrica.

Conchita Wurst, que concursó anteriormente en otro programa parecido de la ORF (Starmania) bajo el nombre de Tom Neuwirth, cantó con no mala voz un viejo éxito de Los Jackson Five (I´ill be there for you) y, pese a desafinar en algún momento (juzguen mis lectores si miento) acaparó las complacencias de un jurado que no ofrece ninguna novedad para quien haya visto cualquier remedo de Operación Triunfo: el rapero alemánSido –Risto Mejide de este sarao, para que mis lectores se vayan situando-, un columnista del Kronen Zeitung que le pone el punto fach…Digo anticuado a la cosa, una bailarina de la Ópera famosa por haber paseado escuálido tetamen por las portadas de algunas publicaciones y otra señora a la que yo no conocía.

Conchita Wurst/Tom Neuwirth se emocionó en los momentos de rigor durante la entrevista que le hizo el copresentador de Goldpaschin (un tipo que iba vestido para demostrar hasta qué punto el varón heterosexual siente a veces la necesidad de ataviarse como un relaciones públicas de un antrucho gay ibicenco), el público vitoreó y, en resumen, se escribió una de las páginas más previsibles (y baratunas) de la historia de la televisión (mundial).

El contrapunto a semejante muestra de descoque (¡Una drag! ¡Con barba! ¡En la ORF!, en fin) lo puso un tal Werner Otti.

Herr Otti tampoco es un talento que haya permanecido escondido a la espera de que los cazatalentos le descubriesen. Junto a su hermano, es el encargado de amenizar musicalmente (!!!)  las apariciones públicas del fan más rendido de Sarrazin: el político ultraderechista HC Strache.

Practicando aquello que dicen de los bien nacidos, Herr Otti agradeció al partido que le encarga los bolos el apoyo financiero a su candidatura en Die Grosse Chance y recomendó a los votantes azules (un 26% del electorado, según las últimas encuestas del Instituto Gallup) que le votasen para que quedase claro que, en Austria, lo que se lleva son los hombres-hombres y no las drags con pelucón sintético.

No sé por qué me da que a la Agrado tampoco le hubiera gustado.

Comentarios

Una respuesta a «El irresistible ascenso de Conchita Wurst»

  1. […] terminar la música, el hermano Otti que no estaba ensayando para Die Letzte Chance,empezó a […]

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