El disputado nombramiento del Sr. Pelinka

Chut
Chaval entrenándose para ser secretario de estado o adjunto a la dirección de alguna empresa pública (A.V.D.)

 

27 de Diciembre.-Mis lectores más memoriosos recordarán que, hace unos meses, a  medio país le entró la risa floja con el nombramiento de Herr Sebastian Kurz como Secretario de Estado de Inmigración. El otro medio país pensó que era una tomadura de pelo darle un coche oficial, una oficina y una asignación procedente del erario a alguien que ni siquiera había terminado sus estudios universitarios.

La maniobra, sin embargo, era obvia y tenía poco que ver con los conocimientos o la experiencia de Herr Kurz. En un tiempo en el que la política se ha convertido en una cuestión de imagen, el partido conservador necesitaba una cara con la que arrebatarle al ultraderechista Strache el trono de terror de las nenas de la política de este país.

Desde su nombramiento, Herr Kurz ha hecho gala de una encomiable laboriosidad, y de un notable conocimiento teórico de problemas de los que, sin duda, desconoce el fondo práctico (no por nada, sino porque, dada su edad, no le ha podido dar tiempo). Por lo demás, el ya no tan flamante Secretario de Estado ha empleado sus jornadas laborales en fotografiarse con niños de diferentes colores y en explicar a quien quiera oirle que todos debemos estar hermanados en la tarea de levantar este gran país y que aprender alemán es el objetivo ineludible de cualquier inmigrante que ponga el pie en la tierra que lleva las Montañas y los Ríos en la letra del himno nacional.

En fin: otros hacen más daño.

Sin embargo, cuando parecía que se iba apagando el eco del escándalo por el nombramiento de Herr Kurz, otro sorprendente dedazo ha hecho que las personas con dos de frente se hayan echado las manos a la cabeza.

En el telediario nocturno del día 23 de Diciembre, una cariacontecida presentadora daba la noticia del nombramiento de “Niko” Pelinka para un puesto que podría equivaler a “adjunto a la dirección” de la ORF. Asimismo, y con la imparcialidad que distingue a la tele pública austriaca, la presentadora levantaba acta de la controversia surgida en los pasillos de la Corporación Audiovisual por el ascenso de Herr Pelinka a puesto tan importante. Una polémica alimentada por el carácter presuntamente político de la decisión personal de Herr Wrabbetz, director de la ORF.

Para abonar esta suposición, basta examinar con algún cuidado la biografía y los antecedentes de Pelinka. Nuestro joven amigo, no sólo es insultantemente joven (24) sino que, como otra gente contemporánea suya y procedente de su mismo medio social, ha tenido una carrera que sólo puede calificarse de meteórica (a la edad en que otros tienen que conformarse con ser becarios, él ya ha sido portavoz de prensa de la ministra de educación Claudia Schmied y ha trabajado en los ferrocarriles austriacos ÖBB).

Para rematar las sospechas, se da la circunstancia de que el futuro jefe del chico, Herr Wrabbeth, es amigo personal y correligionario (SPÖ) del papá del muchacho, que responde al eufónico nombre de Peter Pelinka. Pelinka senior –casualidades de la vida- es el redactor jefe de la revista News –como el Interviú pero sin gran hermana en bolas en la portada, para que mis lectores se sitúen- y, además, escribe en el periódico gratuito Heute unas columnas en las que abomina de los favoritismos, la corrupción y el nepotismo que aquejan a las élites de este país. Con toda la razón del mundo ¿A que sí?


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2 respuestas a «El disputado nombramiento del Sr. Pelinka»

  1. […] Mi teoría, sin embargo, es que no se estaban riendo del pobre conductor del camión accidentado, ni de la arena para gatos desparramada por algún ignoto valle carintio, sino de la noticia que habían dado muy poco antes, disimulando a duras penas su alegría: la renuncia de Niko Pelinka a su candidatura de adjunto a la dirección de la ORF. […]

  2. […] Mi teoría, sin embargo, es que no se estaban riendo del pobre conductor del camión accidentado, ni de la arena para gatos desparramada por algún ignoto valle carintio, sino de la noticia que habían dado muy poco antes, disimulando a duras penas su alegría: la renuncia de Niko Pelinka a su candidatura de adjunto a la dirección de la ORF. […]

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