La novia celosa

la novia celosaUn escándalo diplomático de importancia desconocida hasta la fecha, recorre el mundo ¿Por qué ha estallado precisamente ahora? En VD te lo contamos.

30 de Octubre.- Querida Ainara (*): el devenir de la Humanidad está sujeto a la tensión de dos fuerzas de sentido opuesto. Una, tira del hombre hacia atrás y lo atornilla al presente, alejándolo del cambio. La otra, empuja al hombre hacia delante, hacia la investigación, hacia lo incierto.

Ambas fuerzas conviven en todos nosotros y, a escala macro, ante la aparición de determinadas realidades, los hombres, miembros de una multitud de hombres, tienden a alinearse en una u otra posición. O bien partidarios del cambio, o bien colaboradores con el statu quo dominante.

Los partidarios del statu quo dominante lo son porque, en general, el statu quo dominante o bien les favorece o bien les han convencido de que les favorece. Lo que viene siendo, según el marxismo, los intereses de clase. No me gusta mucho la nomenclatura pero, para estos efectos, creo que conviene.

Repartiendo las funciones

El otro día ponía yo un ejemplo perfecto: la aparición de la imprenta que prefiguró lo que está sucediendo, a velocidad de vértigo, con la aparición de internet.

Antes de la aparición de la imprenta, la Iglesia controlaba un statu quo que, obviamente, le favorecía y que procedía de la oscuridad de la alta edad media. Un reparto de las funciones que se fue sofisticando a lo largo de los siglos pero que respondía, más o menos, al canon siguiente: señores de la nobleza y del poder temporal, vosotros, con nuestra bendición (que para eso Dios habla con nosotros día sí y día también) garantizáis el orden. Hale majos, a guerrear y al que saque los pies del tiesto, garrotazo y tente tieso. Vosotros, los campesinos, a producir comida para nosotros y para alimentar a los guerreros que os hacen el favor de defenderos. Y nosotros, a rezar por todos y a interceder ante el creador, que tiene muy mala leche. Mira que, como venga el apocalipsis y no nos pille rezadicos y comulgadicos, nos vamos a enterar de lo que vale un peine.

La cancela de hierro

Naturalmente, la cancela de hierro de este corralito mental era una cierta idea de la religión y una cierta idea de Dios (que aún pervive, desgraciadamente,  en algunos sectores de la Iglesia) de la que estaba ausente la humanidad y la piedad: Dios como el juez severo e inflexible dispuesto a mandar a la condenación eterna a la mocica que hubiera retozado en el pajar más de la cuenta o al agricultor que se hubiese preguntado por qué, en determinadas épocas del año, las mismas constelaciones enjoyaban el cielo.

La aparición de la imprenta hizo saltar por los aires este equilibrio y la Iglesia, y el poder temporal que garantizaba el mantenimiento del statu quo dominante, al ver amenazada su posición de controladores del mango de la sartén, se sintieron en la necesidad de establecer un control férreo sobre las ideas y su difusión. Sería interminable la lista de personajes que se salvaron por el pelo de un calvo de morir achicharrados o que vieron seriamente obstaculizada su labor, o se vieron obligados a utilizar artimañas y triquiñuelas para esconder lo que, con grandes trabajos, habían averiguado. Muchos de ellos pertenecientes a la propia Iglesia. Desde Santa Teresa a Mozart, pasando por San Ignacio de Loyola, Galileo o Leonardo.

La moraleja de este cuento es siempre la misma: los sistemas políticos son como las novias celosas: cuando sienten que puede haber otra que te haga más tilín, empiezan a mirarte el móvil.

Y en esto llegó la NSA

En estos días ha estallado el llamado escándalo del espionaje. La NSA, o sea, la agencia de Seguridad Nacional americana, ha estado espiando a todo lo que se movía, barriendo internet indiscriminadamente violando así los derechos fundamentales de las personas y uno de los pilares del progreso de la civilización: la garantía del secreto de las comunicaciones.

No es casualidad que haya sido precisamente ahora. Estados Unidos y, por extensión, el orden que Estados Unidos fijó después de la segunda guerra mundial, se encuentra sumido en una profunda crisis. En parte debido a las gravísimas tensiones internas que desgarran a los Estados Unidos como país y que tienen (tampoco es casualidad) un fondo religioso muy definido. No se puede esperar otra cosa de un país en donde hay gente con poder suficiente para hacer que los niños puedan llegar a estudiar en las escuelas que la teoría darwinista de la evolución es una filfa y que lo de Adán y Eva, y Caín y Abel, y Sodoma y Gomera es la verdad fetén.

En muchos sentidos, y aún a riesgo de simplificar la cuestión, se podría decir que, en estos momentos, una minoría ilustrada es rehén de ciertos grupos fundamentalistas.

Por otra parte, la aparición de nuevos “jugadores” en el palé internacional, como China, así como la fuerza (que ha llegado para quedarse) que representan unas comunicaciones rápidas, transversales, eficaces y sobre todo (para bien y para mal) libres y mundiales, y la pérdida de peso rapidísima de Europa como factor político a considerar, están socavando la capacidad de cierta élite para imponer determinadas líneas rojas sobre las que se asentaba, hasta antes de ayer, la pax americana.

Entra en juego, por lo tanto, el paradigma de La Novia Celosa. O sea, la élite que ve amenazada su posición de fuerza trata, primero, de obtener toda la información posible y, después, tratará de reprimir a los que difunden aquella información que es contraria a sus intereses.

Lo hizo la Iglesia, lo hizo el antiguo y periclitado bloque comunista, lo está haciendo Estados Unidos.

Suele suceder también que, cuando un sistema se cree en la obligación de espiar a sus ciudadanos, es que ha llegado la hora del ocaso.

Otra señal más, Ainara, de que un mundo (mi mundo, el mundo del siglo XX) se hunde detrás del horizonte y otro, lentamente, emerge.

Y no sé si alegrarme, la verdad.

Besos de tu tío.

(*)Ainara es la sobrina del autor


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Comentarios

Una respuesta a «La novia celosa»

  1. Avatar de Rosa
    Rosa

    Da miedo pensarlo, y más lo que no sabemos.
    Quién tiene la información lo tiene todo hecho, mientras el resto de los mortales tenemos medios de “desinformación”.

    Bueno, al menos tenemos un Viena Directo que nos pone a pensar de vez en cuando 😉

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