La tierra para el que la trabaja

Metro de Budapest¿Qué se esconde detrás del conflicto entre Austria y Hungría? Viena Directo te lo cuenta para que sepas a qué atenerte.

21 de Enero.- Las personas de mi generación somos quizá poco conscientes de que, en Europa, vivimos en una isla de libertad y tolerancia que, como tal isla, está amenazada, incluso desde dentro.

Gilipuertas que se creen mejores que otros gilipuertas

Para cualquiera que lea los periódicos con un poco de criterio, es palmaria la pérdida de calidad que está sufriendo la democracia a nivel continental. Pérdida de la que los ciudadanos, por cierto, somos bastante responsables (porque a los políticos los votamos nosotros). Aquí y allá, al traje que hicieron a medida nuestros abuelos para intentar que en Europa no volviera a haber guerras, le están saltando las costuras a toda velocidad. Como un incendio, se están extendiendo por Europa los fundamentalismos religiosos, los nacionalismos y los populismos más groseros. Sobran los ejemplos de cómo florecen en Europa gilipuertas que se creen mejores que otros gilipuertas, solamente por haber nacido en diferentes zonas del continente y que no dudan en manipular la Historia o en resucitar antiguas querellas para enardecer a unas masas convertidas en bovinos rehenes de tertulianos con diarrea mental.

Antes de que mis lectores empiecen a hacer cábalas y saquen conclusiones erróneas, diré que no me estoy refiriendo a cierta región de España que aspira a un rosáceo futuro independiente, sino a un país que se encuentra muchísimo más cerca de donde está mi ordenador actualmente.

Apenas a unos cientos de kilómetros de Viena, está Budapest y, a su alrededor, Hungría, un país que se está convirtiendo, gracias al populismo ultraderechista, en la pesadilla de cualquier persona con dos dedos de frente. Uno de los principales artífices de la pesadilla es el primer ministro, Viktor Orbán, pertenece al FIDESZ (Unión Cívica Húngara) cuyos pilares son tres: Nacionalismo (húngaro, naturalmente), Conservadurismo (fundamentalismo religioso cristiano, con la murga esta la familia y tal y cual) y Autoritarismo.

Sí: autoritarismo.

En fin.

Divertidos pasatiempos

Como la economía húngara va como va (o sea, mal) y como en Hungría no echan El Secreto de Puente Viejo ni Amar es Para Siempre, para distraer a la población de sus cuitas el FIDESZ con Viktor Orbán al frente, se dedica a inventar divertidos pasatiempos como, por ejemplo, fundar milicias paramilitares que se manifiestan por Budapest, o acusar de vagos y maleantes a los indigentes y ponerles multas a las que sabe que nunca podrá hacer frente, a imponer draconianas condiciones a los jóvenes húngaros que, habiendo estudiado en Hungría, quieran trabajar en el extranjero o, la última, el conflicto con Austria que motiva este artículo.

El primer ministro ha decidido declararles la guerra “a los especuladores extranjeros” (sic) que compran suelo húngaro para producir en él alimentos que, una vez maduros, no van a parar a los agradecidos estómagos magiares, sino a engordar a explotadores extranjeros que, naturalmente, se ponen hasta el trastévere fuera de las  fronteras húngaras.

De esta manera, el Gobierno de la República frontera con esta, ha decidido que expropiará todas las tierras que estén en manos de extranjeros y cuyo arriendo date de fecha posterior de 1994 al grito de “La tierra húngara para los húngaros”. La mayoría de los agricultores extranjeros que poseen tierras en Hungría, por cierto, son austriacos. Dicho así, podría parecer que este es un problema de vida o muerte para la economía magiar pero la realidad es bien otra: en manos extranjeras hay unas 200.000 hectáreas de tierras de labor, lo cual representa solamente un volumen que corresponde al 4% de la superficie cultivable de la risueña república magiar. De ese cuatro por ciento, solo una parte se verá afectada por la nueva ley de expropiación, la cual viene a sustituir a una moratoria de diez años inclusa en los acuerdos de adhesión de Hungría a la Unión Europea.

El Ministro de Agricultura austríaco, Sr. Rupprechter, ha intentado desbloquear la situación pero el Gobierno húngaro, a través de su homólogo, Sr. Fazekas, no quiere dar su brazo a torcer. Dos encuentros dos ha propuesto el ministro austriaco al húngaro y los dos han sido rechazados. Al posponer el segundo, que hubiera debido celebrarse en la feria agraria más importante de Europa, la llamada Semana Verde, el Gobierno húngaro ha aducido que “las posiciones estaban claras y que no había necesidad de una reunión”.

La larga mano de Putin

Más allá de la cortina de humo propagandística es posible que, como está sucediendo con otros países del este europeo, el debate sea más profundo de lo que parece.

Como ya hemos dicho, la economía húngara va mal y en los países del antiguo bloque comunista que pertenecen a la Unión Europea está produciéndose un movimiento de giro hacia Moscú.

Hace unos días, el primer ministro húngaro estuvo de visita en la antigua capital soviética, en donde discutió con Putin la construcción de una central nuclear con tecnología rusa en el sur de Hungría.

El conflicto por las tierras en poder de “extranjeros” (tradúzcase en este caso por “comunitarios”) se encuadraría en una estrategia para “ganar puntos” de cara a la posible reentrada de Hungría en la órbita de Moscú la cual, de momento, se produciría sin ruptura con la Unión.

Comentarios

2 respuestas a «La tierra para el que la trabaja»

  1. Avatar de Bad Vöslauer
    Bad Vöslauer

    Al médico se le paga por curar enfermedades, al ingeniero para que diseñe y construya obra civil y maquinaria que nos haga la vida más fácil el día que se le pague a l@s señores políticos por resolver problemas y no por crearlos pasarán mucha hambre. En fin la culpa siempre es del otro, del diferente, es como un juego de niños, lo único que cambia con el tiempo es el precio del juguete, y las consecuencias para los demás.

    ¿Hay algún empresario magiar que quiera y disponga de los medios para cultivar esas tierras?. Pues que pague el justiprecio, es decir donde las curvas de la oferta y la demanda se cruzan, por ellas y ya está.

  2. […] tenemos a Strache en Austria –y, por lo que parece, también nos va a durar bastante-, tenemos a Viktor Orbán en Hungría –Dios nos pille confesados- y, por tener, hasta ha surgido en España Vox (para complementar […]

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