¡Viena Directo vuelve a las andadas! A pesar de que sigo en España, una crónica de emergencia sobre la victoria de Conchita Wurst.
15 de Mayo.- Una de las pesadillas de un bloguero tan constante comuno es que di que vas, te pones, te coges vacaciones y ¡Pimba! Pasa la noticia del siglo desde que un tío metió a la mitad de su familia en un sótano durante casi una década.
Por suerte, esta vez, la noticia ha sido muy feliz (ya lo adivinarán mis lectores, y es que Conchita Wurst nos ganase el festival de Eurovisión) pero eso no ha quitado para que a este bloguero le pillase en bragas y sin una mala conexión de Internet cerca (bueno, miento: conexión de Internet había, pero no teclado).
¿Dónde estabas tú cuando ganó Conchita Wurst?
Para la Historia, dejaré aquí consignado dónde estaba yo cuando me enteré de que Conchita y su Wurst ganaban Eurovisión: en un hostal de Córdoba. Dicho establecimiento ofrecía precios económicos combinados con unas comodidades al nivel de una prisión tailandesa para camellos clandestinos pero es que Córdoba estaba, en el fin de semana de Eurovisión, al mismo nivel de ocupación hotelera que el villorrio de Belén cuando a la virgen Maria le aconteció necesitar de un tocólogo y fue lo mejor que se pudo encontrar.
Lo de la victoria de Conchita fue fenomenal, ya digo y, ríete tú de Mozart y de Sonrisas y Lágrimas, Conchi ha puesto a Austria en el mapa.
Los austriacos, por fin, en el mapa
Hasta el sábado por la noche, yo vivía en Austria, un sitio en el que hacía un frío del copón, pero es que a partir del sábado I am from Austria, el país en donde nació Conchita Wurst.
En los medios austriacos, por lo que he podido ver, la victoria de Conchita no ha sido una lluvia que haya caído a gusto de todos.
Mis paisanos adoptivos (adoptivos porque les he adoptado yo, y adoptivos porque me han adoptado a mí) han tenido diferentes reacciones a la victoria de Doña Concepción Salchicha.
En el barrio gay o, dicho con más precisión técnica LGTB –Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales– se ha acogido la cuestión con el lógico júbilo –también hay que tener en cuenta que el festival de Eurovisión es el segundo Orgullo del año-, las fuerzas progresistas, esos austriacos que son partidarios de que su país se modernice y se vuelva más faldicorto, también han suspirado aliviados de que, hoy por hoy, Conchita Wurst sea más conocida a nivel europeo que Mozart –sobre todo entre el gentío popular-; por último, los conservadores han encontrado que la gente debería conocer a Austria por cosas más serias (Austria, para estas cosas, es como esos hombres bajitos que piensan que estirándose mucho la gente no se va a dar cuenta de que son más bien recortaditos).
La opinión de los lectores de VD
Y por último, los lectores de Viena Directo, los cuales han expresado su opinión vía Facebook –puede usted hacerlo aquí también, señor o señora, si así le place- han sido del parecer mayoritario de que será una maravilla que la próxima edición del European Song Contest se celebre, por ejemplo, en la Stadthalle de Viena, marco-incomparable-de-belleza-sin-igual; aunque también han dicho que un importante componente de la victoria austriaca han sido las barbas de la cantante, más que la calidad musical del tema.
Unas opiniones, en cualquier caso, muy ponderadas, de acuerdo con el espíritu de tolerancia que anima Viena Directo y a su redactor jefe (y casi único).
Así de civilizadas han sido todas ¿Todas? No. Porque alguien que pasaba por este espacio y que, lamentablemente, confundió el espacio para comentarios con la puerta de un servicio de caballeros, dejó el texto siguiente, que reproduzco para que mis lectores no se duerman en los laureles. Dice así (por cierto, la original ortografía de mi anónimo comunicante –firma como la Gran Madre Rusia, pero no puede ser verdad- ha sido respetada en todo momento):
“Me parece muy bien que Rusia trate de cortar este tipo de espectaculos.
El problema lo tenemos en España donde lejos de mirar por los efectos que puedan tener sobre nuestros hijos algunos espectaculos, como el de un
maricon con faldas y barba, pagamos de las arcas publicas lybricantes para que los maricas se den por culo mas comodamente. Eso si, las residencias para nuestros abuelos heterosexuales pagando”.
En fin, que como dijo Conchita, “This price is for those who relieve in unity, peace and freedom. We´re unstoppable”.
Amén.
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