El putín de Putin viene a Viena (y yo te digo para qué)

AlarmEn estos momentos, Vladimir Putin está en Viena. Ha venido a algo muy importante. Puede ser su jugada maestra de cara el futuro y transcendental para la Unión.

Una vela a Dios y otra al diablo

24 de Junio.- Cerca del Parlamento austriaco, en un jardincillo, hay un monumento a los fundadores de la primera República austriaca –esa democracia sin demócratas que tanto y tanto tuvo que ver en sus defectos con la segunda república española-. Durante lo que se conoce como “austrofascismo” (1934-1938 aproximadamente) el monumento fue desmantelado porque representa(ba) a una gente tan poco grata como Viktor Adler, unificador de los “austromarxistas”, Jakob Reumann , primer alcalde socialdemócrata de Viena y Ferdinand Hanusch, el cual puso los cimientos del sistema de protección social que, con las obvias modificaciones, aún disfrutamos los que vivimos en este bonito país.

¿Destruyeron los austriacos el monumento? ¿Fundieron los bustos de los conspícuos izquierdistas para hacer balas o cacerolas? No. Lo desmontaron solamente y, con suma previsión, lo guardaron en un almacén. El 12 de Noviembre de 1948, cuando ya estaba claro qué nuevos vientos soplaban en Europa –y en Austria-, cuando aquellos austriacos que habían sido complacientes con el “invasor” se apresuraban a ocultar en lo posible su participación en el régimen nazi, el monumento fue vuelto a colocar en su lugar original, una vez restauradas aquellas piezas que habían sufrido desperfectos a causa del traqueteo de la guerra.

A mí me gustan mucho las anécdotas –de hecho,las colecciono- porque soy de la opinión que se aprende mucho de las cosas grandes si uno parte de las cosas pequeñas. Y esta del monumento dice mucho del carácter austriaco. No es ni la primera ni la única vez que los austriacos le ponen una vela a Dios y, cuando se tercia, otra al diablo.

Vladimir hace la visita del médico

Mientras escribo esto, el presidente de EPR, Sr. Heinz Fischer, se está tragando el sapo de recibir a su homólogo, Vladimir Putin, quizá el tipo que peor huele en Europa desde que Hitler abandonó este mundo cruel y, abandonándolo, lo hizo un lugar más habitable ¿Por qué el Sr. Fischer, de ordinario un afable abuelo que hace senderismo y se tira en paracaídas, se ha tapado la nariz para recibir a un tipo como Vladimir Putin? La razón se llama Southstream.

A ver si me explico. En 2009, cuando el estado ucraniano empezó a dar las primeras muestras de debilidad política y financiera o sea, la primera vez que Rusia –Gazpromle cortó a los ucranianos el gas, en la Unión Europea cundieron las alarmas –Putin, sospecho, se alegró mucho de que cundieran-. Centroeuropa, a diferencia de España y de Italia, depende bastante del gas ruso el cual, oh casualidad, tiene que pasar por Ucrania para llegar a las calderas y los fogones de los hogares austriacos.

La Unión Europea decidió entonces patrocinar su propio gaseoducto, al objeto de no depender del gas ruso. El proyecto se llamó Nabucco y consistía en traerse gas no de Rusia, sino desde el Mar Caspio, empezando en la ex república soviética de Azerbayán, pasando por Turquía, Bulgaria, Rumanía y Hungría hasta Austria. El proyecto pasó por diferentes vicisitudes –es de suponer que los rusos metieron la cuchara para que sucediera lo que sucedió- y, al final, el año pasado, se anunció su cancelación . El trazado de Nabucco hubiera sido este.

Nabucco_West_Route

A Rusia, obviamente, no le interesaba que Nabucco llegase a buen puerto porque los rusos, es obvio, saben que, si los europeos tenemos que comprarle el gas a Gazprom, nos tienen cogidos por donde mis lectores ya están en condiciones de saber solitos.

Cuando Nabucco pasó a la historia, llegaron los señores de Gazprom y le ofrecieron a la república austriaca utilizar su gaseoducto, que se llamará Southstream, con un trazado parecido al que hubiera tenido Nabucco, solo que sin pasar por Turquía, con un tramo submarino por el Mar Caspio y financiado por Gazprom al cincuenta por ciento. Sin pasar por Ucrania y, por lo tanto, sin depender de los vaivenes de separatistas y demás. Southstream empezará a construirse en 2017. Este será el trazado de Southstream:

South Stream Wikipedia

Putin sabe que, en un mundo en el que los recursos energéticos van a ir cada vez más justos, la Unión Europea, hoy por hoy, no tiene alternativas sostenibles a su proyecto. También sabe que, en el momento que quiera, lo mismo que está haciendo con Ucrania, puede utilizar el gas de Southstream para ganar influencia de la Unión Europea, una estructura transnacional que le fastidia mucho a él y a los ideólogos fanatizados que tiene detrás. Los esfuerzos de Putin por controlar la Unión –y, eventualmente, por desestabilizarla- van más allá de esto, sin embargo. Putin también aspira a ser un actor político dentro de la Unión. Se vio cuando uno de sus hombres de confianza montó una reunión en Viena con lo más granado de la ultraderecha europea a la que todo indica que financia bajo cuerda.

Una vez firmado, como está previsto, el acuerdo, Putin volará de nuevo a Moscú y nosotros seremos un poquito menos libres.

Vieneses en Heiligenkreuz

¿Has escuchado ya el Zona de Descarga de esta semana? ¿No? Y a qué esperas?


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