VIX: uno de los sitios más importantes de Viena…

Fotos y datos…Más que nada porque, sin él, sería imposible que mis lectores y yo pudiéramos comunicarnos.

24 de Abril.- Es curioso como, cuando uno lleva un tiempo viviendo en un sitio, llega un momento en que empieza a asociar los sitios a determinadas anécdotas que le pasaron en ellos. Para mí, hasta hace unos días, el edificio moderno que está detrás de las imponentes aulas de la Universidad de Viena que dan a la Ringstrasse, solo me sonaba por un ascensor sin puertas, el Paternoster, al que un aborígen me obligó entre risas a subirme, solo para que lo probase, aunque yo no tenía gran fe en el medio de transporte en cuestión.

No lo sabía entonces, pero estaba solamente a algunos metros por encima, en vertical, de uno de los lugares más importantes de Austria. Tan importante, que sin él, se rompería el hilo, frágil hilo de información binaria lanzada a toda velocidad, que nos une, queridos lectores.

Investigando un poco la historia de este sitio fascinante, también me he dado cuenta de que el tiempo, queridos y queridas, es un juego de espejos porque, si para algunas cosas, en mi memoria, 1996 es antes de ayer por la tarde (por cierto, el año en que estrené mi primera obra de teatro) para esto de la tecnología la mitad de la década de los noventa es el precámbrico.

En ese año, 1996, a iniciativa de la Universidad de Viena, se estableció el embrión del actual VIX o sea, Viena Internet eXchange. En aquella época, los albores de internet, no tenía nada de particular que los paquetes de datos que se mandaban entre dos usuarios de la red que se encontrasen en esta ciudad (por ejemplo, a la hora de mandar un e-mail) tuvieran que cruzar las fronteras de varios países e incluso el Océano Atlántico, si es que los dos usuarios recibían servicio de dos proveedores distintos de internet.

Como en aquella época aún se hacía todo por teléfono (recordarán mis lectores aquellos módems que eran un lujo casi asiático en los hogares de principios de los dosmil) la Universidad de Viena alcanzó un acuerdo con los primeros proveedores de internet austriacos para mantener el volumen de datos que se movía en Austria a un nivel lo más local posible y así evitar los fantásticos costes de mandarlos a larga distancia. Para 1999, la primitiva instalación del VIX se quedó pequeña. 33 proveedores de internet se apretaban en 5 racks –a unos volúmenes de datos que nos parecerían ridículos hoy en día- así que se amplió a 21 racks más y se construyeron nuevas instalaciones con climatización, por ejemplo, para impedir en lo posible que fallos mecánicos produjeran la caída del servicio.

En el año 2001, el uso de internet llegó más o menos al consumidor medio, al principio a precios fabulosos y VIX1 tuvo que ampliarse una vez más. La imposibilidad de seguir agrandando el sótano de la Universidad (no había recursos ni espacio para ello) hizo que se tuviera que añadir otro centro, VIX2 en Floridsdorf, esta vez a cargo de la empresa InterXion –una entidad holandesa con sede en Schipol-.

En 2006, ya estaba claro que internet había llegado para quedarse y los racks del que, con el tiempo, se ha convertido en el centro neurálgico de internet en Austria, también se habían quedado antiguos. Se agrandó otra vez. En la actualidad, el centro de la Universidad de Viena, es una instalación de alta seguridad y no es de extrañar porque cualquier ataque físico al centro tendría consecuencias terribles en el tráfico de internet a este lado de los Alpes.


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